Comunicación

Entrevistas

"COPOLAD contribuye a conocernos cada vez más entre países de América Latina y del Caribe, y aprender a desarrollar políticas con buenas ideas y buena gestión"

Volver

Publicado el 24/01/19

Carlos Charme Fuentes ejerce como Director Nacional del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) desde el 3 de octubre de 2018, tras realizarse el respectivo concurso por Alta Dirección Pública. El Director del Servicio tiene una vasta experiencia en el ámbito público, donde ha participado en el desarrollo e implementación de diversas políticas públicas relacionadas con la prevención del delito, seguridad ciudadana y programas sociales. Charme se desempeñó como Secretario Ejecutivo de la Comisión de Seguridad que elaboró el Programa de Gobierno del Presidente Sebastián Piñera en materia de Seguridad Pública, en donde se encontraban materias relativas a la prevención del consumo de alcohol y drogas. Entre los años 2010 y 2014, ejerció como jefe de la División de Coordinación Nacional de la Subsecretaría de Prevención del Delito y jefe de gabinete del Subsecretario. Posteriormente, fue secretario ejecutivo de la Asociación de Municipalidades para la seguridad de la Zona Oriente de la Región Metropolitana y desde 2014 ha realizado diversas consultorías en materia de políticas públicas relacionadas con la prevención del delito.

  • ¿Cuáles son sus prioridades para la política chilena de drogas al asumir la Dirección Nacional de SENDA?

Atendiendo los lineamientos de nuestro programa de gobierno, nuestro foco está puesto en la prevención del consumo de drogas y alcohol. Entregar información responsable y basada en la evidencia acerca de los daños a la salud y también sociales asociados al consumo de estas sustancias. En este sentido, la principal preocupación son hoy nuestros niños, niñas y adolescentes, quienes según los estudios realizados por Senda presentan un alarmante consumo de drogas, especialmente alcohol y marihuana. En los últimos 10 años la prevalencia de consumo de marihuana en población escolar pasó del 15,1% en 2011 a 30,9% en 2017, mientras la percepción de riesgo sobre el consumo frecuente de esta droga sufrió una brusca caída entre 2011 y 2013, de 48,0% a 21,1%, estabilizándose en 21,9% en 2017.

Al fenómeno de la baja percepción de riesgo entre los jóvenes sobre el consumo de marihuana, se suma que también cae la desaprobación parental. Es así que cuando se les pregunta a los estudiantes sobre si sus padres estarían extremadamente molestos si supieran que ha probado marihuana, se aprecia una baja muy importante desde el 2011 a 2017, de 82,3% a 67,7%.

En el caso de la Marihuana hemos visto en Chile que de la mano del debate político y de una serie de campañas comunicacionales y en redes sociales que promueven su legalización, se ha normalizado el consumo. Por eso nuestra decisión, cumpliendo con el mandato del gobierno, es implementar una política preventiva que incorpore a toda la sociedad. Esto es, a la familia, a los centros de educación y a los organismos del Estado, a través de los gobiernos locales.

Creemos firmemente en la colaboración público, privada y también en que mientras más compromiso de la ciudadanía haya en esta tarea mejores serán los resultados.  Por eso queremos adaptar a la realidad chilena modelos de prevención que hayan tenido resultados exitosos y que nos permitan de mejor manera proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes. También queremos incorporar seguimiento y evaluación en nuestros centros de tratamiento y rehabilitación. Por ahora lo que sabemos es que existe una brecha en el ámbito de la rehabilitación y nuestro trabajo además de estar orientado a crecer en este aspecto también será tener una correcta lectura de los esfuerzos que se está realizando.

  • SENDA está liderando con gran éxito la validación de criterios de calidad consensuados previamente en el marco de COPOLAD. Como país que más ha avanzado en la acreditación de los servicios asistenciales ¿cuáles son para Ud. los elementos clave para que un país pueda incorporar la acreditación como medida de mejora de sus servicios asistenciales y sus programas de prevención?

Lo primero y que facilitó mucho el trabajo en Chile fue contar con una institucionalidad que se dedica a la materia y que entonces guía el proceso de acreditación. Nuestro país, por ejemplo, cuenta con la Superintendencia de Salud. Otro elemento que no puede dejarse de lado es desarrollar incentivos asociados al proceso de acreditación. En este sentido la capacitación y la innovación al interior de los centros y programas preventivos son centrales. Es importante recordar que este es un proceso a mediano y largo plazo, no es algo que ocurra de un día para otro, porque aquellas instituciones que tienen que pasar por un proceso como este deben prepararse y capacitarse en cómo realizar un proceso como este.

  • UNGASS 2016 proporcionó un respaldo inequívoco a la implementación de políticas sobre drogas con base en la evidencia de efectividad, para lo cual resulta imprescindible el desarrollo de Observatorios sobre Drogas que monitoricen los datos existentes. ¿En qué medida el impulso dado desde COPOLAD a los Observatorios puede reforzar a uno con sólida trayectoria como el de Chile y cómo Chile asiste al fortalecimiento del resto de países de la región en el marco de COPOLAD?

Estamos muy orgullosos de tener un observatorio de alta calidad en Chile. Nuestro país tiene cultura de tener información responsable y verificable para tomar decisiones en casi todas las áreas, y sin duda que en el tema del fenómeno de las drogas es fundamental. COPOLAD ha sido un gran aliado para poder compartir esta información además de nuestros sistemas para obtenerla en la región de las Américas y en Europa. Gracias a ello, Chile puede ofrecer ayudar a países de la región que necesitan desarrollar estos sistemas.

Pero también necesitamos aprender, por ejemplo, cómo implementar un sistema de registro de nuevas sustancias psicoactivas y cómo complementarnos con los demás países para hacer una gran base de datos territorial del fenómeno del consumo de drogas, incluyendo la oferta y el tráfico. Además, cruzar los datos del consumo de drogas con otros fenómenos en nuestras poblaciones, siempre con un enfoque territorial de un buen mapeo.

Con esa información, se diseñan e implementan políticas públicas más ajustadas y adecuadas a los territorios, más efectivas y resolutivas. En este marco cabe destacar que Chile es firmante de las convenciones internacionales de drogas de ONU y respetuoso de ellas y apoyó completamente las conclusiones de UNGASS 2016.

  • Chile ha liderado, diseñando e implementando, 2 ediciones nacionales de los cursos virtuales de COPOLAD en la temática de prevención, uno en 2012 y otro en 2017, en los que participaron en total 80 personas, 40 en cada curso. ¿Qué ventajas aporta este formato de capacitación para un país como Chile y qué valor añadido aporta a los profesionales chilenos que toman estos cursos?

Una de las grandes ventajas de esta modalidad de capacitación, que es el valor agregado para los profesionales chilenos, es poder compartir con estudiantes -profesionales- de toda la región. Esto genera intercambio de conocimientos entre lo que se hace en chile y lo que se hace en los demás países. Así, conocer otras experiencias y presentar las propias es clave para mejorar el trabajo que se realiza a nivel nacional y local.

  • ¿Cuál es la valoración que se hace desde SENDA del intercambio de buenas prácticas entre países de la CELAC y de la UE facilitados a través de COPOLAD, y cuál considera los principales avances producidos en su país a raíz de la cooperación con la Unión Europea en el ámbito de drogas?

Estar relacionados con la Unión Europea en estos temas es de enorme relevancia. Nos ha permitido conocer muchas buenas prácticas, hemos aprendido de prevención, tratamiento/rehabilitación, con base en la integración social, además de observatorios y sistemas de información. Dentro del continente europeo nos encontramos con muchos países de altos ingresos, pero también de buenas ideas, buena gestión, buenos diseños y adecuadas implementaciones.

Del mismo modo, COPOLAD contribuye a conocernos cada vez más entre países de América Latina y del Caribe, con realidades más parecidas, pero diversas y aprender a desarrollar políticas con poco presupuesto, pero con buenas ideas y buena gestión, es también muy importante para nosotros.

Aprovecho este espacio para agradecer la inversión que hace Europa en nuestros países, que necesitan ayuda desde el mundo desarrollado, en distintas intensidades. Trabajar juntos, reconociendo que el problema de las drogas es global, es un gran aporte para la pelea que estamos dando.