Publicado el 05/02/20
Martha Jarvis es licenciada en Ciencias del Comportamiento y está completando un Máster en Consultoría. Trabaja en la Unidad Nacional de Prevención del Abuso de Drogas (National Drug Abuse Prevention Unit, NDAPU), dependiente del Ministerio de Salud, Bienestar y Nuevas Inversiones de Dominica, desde abril de 2000 hasta la fecha. Durante dieciséis años, Martha Jarvis fue la Oficial de Investigación e Información, y desde 2017 hasta la actualidad, es la Directora de dicha institución (en funciones). La misión de la NDAPU es mejorar la situación social y psicológica de todos los ciudadanos a través de programas establecidos para evitar la aceptación y participación en las prácticas de uso indebido de drogas, reduciendo así significativamente la demanda de drogas. La NDAPU está integrada por cinco oficiales de prevención de drogas, un oficial de investigación y un secretario, y tiene la responsabilidad de empoderar a las comunidades, las escuelas, los individuos y las familias mediante la capacitación, la promoción y el desarrollo de aptitudes.
A la hora de aplicar una política nacional sobre drogas, existen una serie de desafíos. Uno de los principales, es que el consumo de alcohol y tabaco está arraigado en el tejido mismo de nuestra sociedad, lo que nos obliga a un esfuerzo por deconstruir viejos hábitos e implementar un nivel de control en todos los aspectos relacionados con su consumo. Este desafío es todavía mayor a causa de la falta de apoyo político y de los mercados, debido al hecho de que el alcohol y otras drogas legales son vistas como importantes fuentes de ingresos. La aplicación de medidas de control llevaría a una reducción de los ingresos, lo que afectaría a la economía del país. En la ejecución de las políticas públicas, la combinación de recursos humanos y financieros es muy necesaria, y la ausencia de dichos recursos es uno de los principales desafíos que afrontamos en este proceso. Hay aspectos de la política que tienen que ver con las medidas que se plantean desde la comunidad internacional, que incluyen objetivos poco realistas en lo que respecta a Dominica, y nuestro país a veces tiene capacidad limitada para aplicarlos adecuadamente. Para avanzar, Dominica necesita apoyo técnico especializado y más capacitación para aplicar, vigilar y evaluar adecuadamente las políticas nacionales sobre drogas.
El Observatorio ha experimentado una mejora significativa en sus funciones básicas, especialmente en lo que tiene que ver con la recopilación, la recolección, el análisis y la difusión del Informe de la Red de Información sobre Drogas. La existencia de la Red Nacional de Información sobre Drogas nos ha proporcionado una información empírica que se utiliza para impulsar nuestros programas basados en la evidencia científica. El plan de acción nacional es un plan holístico transparente, que incorpora varios sectores y encarna el plan de acción hemisférico.
El Gobierno está en proceso de aplicación de medidas que allanarán el camino para la despenalización de una onza de marihuana. Se han dado instrucciones al Departamento de Asuntos Jurídicos para que inicie el proceso de formulación del marco jurídico relativo a la despenalización de la marihuana para uso personal. Las enmiendas a la ley también incluirán la eliminación de los registros de las personas condenadas por posesión de marihuana, cualquier condena por posesión de 28,35 gramos (una onza) o menos. En la actualidad, se están realizando estudios sobre el uso de la marihuana con fines médicos.
Dominica considera que la implementación y la capacitación en el uso de esta herramienta/software es una oportunidad para fortalecer su capacidad humana y los programas existentes. El programa informático "Paso@Paso" se utilizará para satisfacer las necesidades del país mediante la capacitación de funcionarios de prevención/educación en materia de drogas, trabajadores en la atención de la salud, profesores de Educación para la salud y la vida en familia (HFLE) y educadores del sector salud, para fortalecer eficazmente su capacidad de ejecutar programas con base en la evidencia, en diversos sectores. El programa informático se ha utilizado ampliamente en la planificación de sus programas y actividades de base comunitaria.
Dominica se unió al Programa COPOLAD en su segunda fase, cuando se dio al Caribe la oportunidad de participar en el proceso. Es un honor para una nación pequeña ser parte de una experiencia que ha cambiado nuestra vida. COPOLAD proporcionó un foro en el que se dio voz a los pequeños estados insulares en desarrollo e igual oportunidades que a los países más experimentados. Los participantes han podido así compartir sus mejores prácticas y obtener conocimientos prácticos compartidos por una amplia gama de expertos que, además, no se limitan a su campo de especialización.
Durante este tiempo, Dominica ha podido cubrir varias lagunas en el tema de la fiscalización de drogas, entre ellas la elaboración de legislación sobre precursores químicos, también en lo que concierne al desarrollo de aptitudes en materia de elaboración de programas, así como la capacitación en diversas esferas relacionadas con las drogas y la producción de un informe anual sobre drogas.
Los conocimientos adquiridos por estudiantes de Dominica a través de los cursos virtuales de COPOLAD se han traducido en mejores actividades y programas orientados a la reducción del uso indebido de drogas. La experiencia adquirida tendrá un efecto dominó en diversos sectores del país a medida que la labor de reducción de los efectos del uso indebido de drogas continúe a lo largo de los años.
La Comisión Europea está preparando una tercera fase de este programa, por lo que COPOLAD volverá a principios de 2021.